sábado, 19 de noviembre de 2011

Novatada de "Los Corderos"

Todos los alumnos de nuevo ingreso a la preparatoria (Colegio de San Nicolás) eran pelados (trasquilados) por 4 ò 5 alunmos de los cursos superiores, y lo mejor era no oponer ninguna resistencia ya que el que lo hacía corría el peligro que en la "refriega" le cortaran un trozo de cuero cabelludo -como llegó a ocurrir en más de una vez- dejándole una herida en forma de ojal que, a más de sangrar con mucha abundancia, tardaba semanas en cicatrizar.
Recuerden que les estoy narrando hechos del año de 1949, en que yo ingresé a la prepa.
Nadie escapaba de esta "bien venida", con decirles que al propio Cuauhtémoc Cárdenas -que ingresó al Colegio el mismo año que yo- lo pelaron como a cualquier hijo de vecina.
A más de la obligada pelada, los alumnos provenientes del Instituto Valladolid -a quienes nos llamaban "Corderos"- sufrìamos la "novatada" igual que los alumnos de la Facultad de Leyes, excepto que no había toronjazos. A mí me tocó el disfraz de nujer, con peluca y todo el ajuar que usan, pero a medio camino le pedí a otro "Cordero" que me embadurnara la cara con chapopote, con la advertencia que yo iba a simular resistencia y enojo, para que no me fueran a aumentar el castigo con una rama de "Uña de gato". Igual que otros desfiles de novatos, el nuestro terminó en la Fuente Tarasca, con la "foto oficial". Por cierto que yo guardaba una, pero la destruí por las posturas obscenas que muchos tuvimos con las pobres e indefensas tarascas.
Antes de terminar quiero hacer un breve comentario sobre la foto de la cabeza. Fue tomada después de 1901, ya está construìdo el edificio de Madero y Guillermo Prieto que alojó la farmacia del maestro Elizarrarás, inaugurado ese año, y el Hotel Virrey de Menoza sólo tiene dos pisos (el tercero le fue agragdo a principios de los 30's), y como no se aprecia ningún vehículo de motor -que llegaron en 1910, es de suponer que la foto es de 1905 o por ahí.
Es de admirar el cuidado que los morelianos tenìan con sus nuevas edificaciones, en especial con la volumetría y el ritmo de claros  (vanos de puertas y ventanas)  y macizos (tramos de muro ciego), lo que se traduce en una perspectiva que no se observa en ninguna otra ciudad colonial, cuidado que fue olvidado a partir de 1940 en que se inicia la construcción del Hotel Alameda. Otro detalle que se aprecia es que la  Plaza de Armas, en su lado norte, seguía el alineamiento del Hotel Virrey hasta la esquina de la calle Zaragoza, que es concorde con el plano que Juan de la Torre publica en su libro "Bosquejo histórico de la ciudad de Morelia", publicado por los años de 1885 u 88.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Novatadas en la Universidad Michoacana.

Como iba relatando, la novatada de Leyes -famosa por su crueldad- se iniciaba con una semana en la que los novatos recibían una "toronjiza" diaria, al tiempo que durante esa semana cada novato debía aportar una cierta cantidad de dinero para los gastos del "festejo final" que, por año que relato de 1949, andaba por los $20.00 por novato.
Para que la nueva generación tenga una idea del valor de los pesos de esa época, debo decir que la Universidad pensionaba a alumnos con promedio superior a 8.5 con $ 70.00 mensuales, para mi caso, la casa de asistencia donde me hospedaba, frente al Jardín de las Rosas, en la esquina de Santiago Tapia con Guillermo Prieto, cobraba $ 80.00 por mes que incluía los tres alimentos y cuarto compartido, pero sin cama, buró, silla ni ropa de cama, por lo que me tocaba agregar tan sólo $ 10.00 al importe de mi pensión para cubrir ese gasto. Una casa de abonados equivalente -si en la actualidad las hubiera- debe cobrar entre $ 2,000.00 a $ 2,500.00 por mes, por lo que los $ 20.00 que pagaba cada novato equivaldrían  a unos $ 600.00 pesos de hoy.
El día que culminaba la novatada, generalmente en viernes, todos los novatos debían estar en la Facultad a la 9:00 am. en punto; en el patio se les desnudaba hasta quedar en calzones, quedando la ropa a resguardo de algún estudiante "líder" de la "comisión de novatadas", y como era frecuente el extravío de algunas prendas -en especial las de "buena calidad"- todo novato procuraba llevar puesto ese día lo peor que en su ropero tenía. Una vez desnudos, les daban su buen fajo de tequila, charanda o, en el mejor de los casos, el ron de moda: "Ron Batey", para sentarlos en "marquetas de hielo" que la "comisión" había comprado oportunamente; después de 10 ó 15 minutos en esa postura, los novatos eran embadurnados con chapopote, los cubrían con plumas, borra, algodón, desechos de colchón viejo o material similar. Cabe hacer notar que, de entre los novatos, se escogían 4 ó 5 de los más "caritas" para vestirlos, a unos de mujer, de guare o de enfermera -según el tipo de ropa vieja que consiguieran, y a otro de bebé, de viejito, de tullido o cojo, etc., que tenían la ventaja de librarse del chapopote.
Ya "arreglados" y a eso del medio día, los novatos salían a la calle a iniciar el desfile por la Madero, custodiados por varias docenas de estudiantes armados con grandes ramas de "huizache" -a veces del arbusto "uña de gato" que causaba dolorosas heridas a quienes se les pasaba por la espalda- haciendo una especie de valla "de honor" para que los novatos, muchos pasados de copas, no cometieran desmanes, ni con las damas ni con los comercios que a su paso abundaban. Si el dinero no alcanzaba para contratar un pequeño conjunto musical o mariachi que cerraba el desfile, dos o tres estudiantes se agenciaban unos tambores que, al redoble de los mismo, marchaban los novatos; había paradas forzadas, frente a Palacio de Gobierno entre otras, en que se aprovechaba para dar otros buenos tragos de vino a los novatos, así, hasta llegar a la Fuente de las Tarascas, en donde se tomaba "la foto oficial", con los novatos que -empapados en chapopote y alcohol- tomaban las posturas más obscenas que se puedan imaginar con las indefensas Tarascas. Ya se podrán imaginar cómo quedaban las pobres indias, llenas de chapopote, con huellas de manos en todo su desnudo torso, de manera que al día siguientes el Ayuntamiento mandaba limpiarlas -lo que se podía- con petróleo y gasolina.
De la Fuente, los novatos pasaban a los Baños de Villalongín -reservados con toda antelación- en donde se les daba un bote con petróleo y una estopa para quitarse el chapopote antes de entrar al vapor -condición que era exigida por su propietario- y después a las regaderas.
La víspera del desfile se hacían circular los "programas y horario  de la novatada, programas hechos con un mimeógrafo -sistema rudimentario de copiado que antecedió a las copiadoras modernas- y que estaban hechos con gran ingenio. Era frecuente que estuvieran redactados en verso, de entre los que recuerdo son los siguientes:
"Sentaditos en el hielo, se sentirán en el cielo".
"Les daremos ron Batey, para que azote el más buey".
"Los moretes de toronja, no se quitan con esponja,
se tapan con chapopote, como mierda de coyote".
"Pelados y encueraditos, enfriaremos sus huevitos".
                                                                                Y así por el estilo, algunos de los cuales no me atrevo a publicar por respeto a mis lectores.

Las "Nvatadas" en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

En mi blog anterior hable de mi novatada a la entrada al Colegio de San Nicolás, pero la generación actual -en su mayoría- desconoce cómo y por qué se hacía tal recibimiento a los nuevos alumnos, a los novatos.
En todas las Escuelas y Facultades de la UMSNH (excepto en la de Ingeniería) se hacía igual "recibimiento a los novatos" del primer año, siendo famosa por su crueldad la de Leyes, entonces ubicada en la Avenida Madero, frente a la Biblioteca Pública, que en su segundo patio tenía una árbol de toronjas cuyos frutos estaban a punto de madurar por el mes de febrero, mismo en que se iniciaban los cursos en la Universidad (y en todas las escuelas y colegios del país), y vaya que el tal árbol daba su fruto con abundancia. Entre este segundo patio y el primero, había una banqueta -un verdadero "corredor"- de unos 15 ó 20 metros de longitud, por donde tenían que "desfilar" los alumnos de nuevo ingreso que, previamente, habían sido "pelados a rapa" y tenían que usar una boina que era casi su distintivo. Frente a esa banqueta y a unos 6 u 8 metros, se alineaban los alumnos de grados superiores -con una buena dotación de toronjas- con las que "fusilaban" a los novatos que, más que correr, trataban de volar y, así, recibir el menor número de toronjazos posible. Este "paseo" duraba una semana y, ¡guay del novato que no se presentara! Había un encargado de pasar lista y al faltista se le duplicaban los días de castigo. Pasada la semana, y como remate de la "novatada", se hacía un paseo a lo largo de la Avenida Madero, desde la Facultad hasta la Fuente Tarasca, donde terminaba el festejo con un baño de vapor, petróleo, regaderas y vino, en los famosos Baños de Villalongín.
Continuará.
Hola amigos:
                   En la página anterior presenté unas pocas fotos -de las casi 50 que tomé- del proceso de desmonte y traslado. Vemos una del conjunto, detalles de dorso, brazos y manos de las mujeres. Antes iniciar los cortes, se ve el detalle de la "cala" que hice en uno de los brazos, se aprecia multitud de capas de pintura que, como les decía, van desde el negro hasta el rubio. En las siguientes se aprecia el cuidado con que se hizo la operación, su colocación en la plataforma de un camión que las llevaría a su nuevo sitio, en terrenos de la Nueva Feria Estatal.
Las acompañé "en su último viaje y me despedí, cariñosamente de ellas, tal y como lo hice hace 62 años, cuando me "novatearon a la entrada al Colegio de San Nicolás".
Como ahí terminaba mi compromiso, no sé cómo quedaron, si parecen o no, simplemente yo las entregué en su terreno destino, les aseguro que, como nuca he ido a la Feria, no se cómo quedaron.
CON ESTO DOY POR ACLARADO Y TERMINADO EL "MITO DE LAS TARASCAS EN ESPAÑA"

Fotografías del Traslado de Tarascas.










viernes, 11 de noviembre de 2011

EL MITO DE LA FUENTE TARASCA

Además de lo mencionado en mi blog anterior sobre la autenticidad de la Fuente en las antiguas instalaciones de la Feria Estatal, debo agregar que, cuando me disponía a desmontarla de Villalongín y puesto que se tenía la intención de colocarlas en algún sitio de esta ciudad, tuve la precación de tomar las medidas y orientación de los elementos, así como de marcar el sitio que correspondía a cada mujer, por lo que al colocarlas en el sitio ya mencionado de la Feria, sobre el pedestal construido por el Arquitecto Fracisco Amaya, tracé el sitio de cada elemento y su orientación, de manera que estuvieran exactamante como estaban en Villalongín.
Cuando el Gobierno del Estado decidió cambiar la Fuente a terrenos de la nueva Feria Estatal, quizá por coincidencia o por haber sido el "autor material del crimen anterior", la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas me encomendó este trabajo, para lo cual me auxilié del maestro albañil Jesús Merino -muy conocido en Torreón Nuevo como "El Maestro Chucho" y quien todavía trabaja a mi servicio- para hacer los apuntalamientos, cortes de concreto y hierro a la altura de la muñecas de las monas y lo necesario del caso.
Antes de iniciar cualquier movimiento para su desmonte, y para evitar que se tejieran nuevos mitos sobre el cambio de sitio, lo primero que hice fue tomar fotografías, procurando que una de ellas coincidiera con una tarjeta postal que yo guardaba, y si comparamos ambas fotos, nos daremos cuenta que lo conseguí casi a la perfección, todo coincide: píes desnudos, perfiles de la tarascas, posición de los brazos levantados, de manera tal que, de ser una copia del "original" fue hecha por un artista en forma perfecta y, por tanto, conserva el valor que pudo tener el original.
Después de las primeras fotografías, con navaja y espátula hice varias calas en los brazos y otras partes de las esculturas, contando hasta 16 capas de diferentes pinturas y tonalidades, lo que indica -como algunos recordamos- que a veces las pintaban casi negras, meintras que en otras eran rubias, quizá siguiendo las indicaciones del Presidente Municipal en turno, ya que éste era el encargado de darles mantenimiento, siendo el Maestro Murillo -que vivía en la calle Oro de la colonia Industrial- el que ejecutaba el trabajo de pintura. Por cierto que, a la muerte del Maestro, fue una de sus hijas quien se hizo cargo del trabajo durante 2 ó 3 años, según recuerdo.
Se desmontaron, subieron a un camión de platafoma en perfecto estado, terminando es ese momento el compromiso que yo adquirí con la SCOP, pero decidí acompañar al camión (por delante iba un carro "madrina" con luces intermitentes, por ir a muy baja velocidad, según le indiqué al conductor), al entrar al libramiento, y debido al pequeño borde del nivel de éste con la calle lateral del Tec, la batea tuvo un pequeño hundimiento, por lo que indiqué al chofer que se detuviera. En efecto, la batea se aplastó un poco, tome fotos y continuamos el viaje. Al llegar a la nueva Feria la batea estaba completamente aplastada, casi desmoronada, tomé nuevas fotos y torné a mis labores profesionales.
De toda esta secuencia tomé una 30 ó 35 fotos, algunas de las cuales -si mis lectores no se aburren- publicaré pronto.
Si algún lector se interesa en estas fotos, con gusto se las pasó a su memoria "flash", junto con algunas que le gusten (de las casi 3 mil que sobre Morelia tengo), ya sea en mi despacho profesional (Antonio Alzate No. 89-102, en el Centro Histórico, Morelia, Mich. Mex. o en mi correo).
mrodriguezmanolete@hotmail.com

jueves, 10 de noviembre de 2011

LA FUENTE TARASCA

                                                     Fuente Tarasca en su sitio original. 1960
La fuente quedó, como llevamos dicho, en las instalaciones de la Feria Estatal (cerca de Tec de Morelia), y si comparamos las fotos -la del encabezado y la que estoy insertando hoy, nos daremos cuenta que son exactamente las mismas figuras, tanto las de las mujeres como la de la batea. Quizá alguien -que nunca falta- podría argüir que se hizo una réplica para "traficar" con el original y, para aclarar este punto relataré un anécdota que ocurrió con el Ing. José Martínez -a quien todos llamaban "El Tío Pepe".
Como muchos recordarán, el Ing. Martínez fue el precursor de la TV en el estado, instaló su estación transmisora en un predio de la Av. Acueducto y la mayoría de sus programas eran "en vivo" y en su escritorio del estudio, desde donde daba noticias o hacía presentaciones, dispuso 4 teléfonos para atender llamadas y pasarlas al auditorio, imitando un poco a Zabludowski en 24 Horas (pero sólo funcionaba uno, los otros 3 eran "pantallas"). Por el año de 1965 (quizá 66) me concedió 2 minutos para hacer una invitación a los ingenieros de la localidad a la Asamblea del Colegio de Ingenieros Civiles para elegir nuevo presidente (Colegio que yo había fundado 4 años antes y del que era su Presidente Fundador), ésto dentro de su noticiero del medio día. Había que estar en el estudio 45 minutos antes, así que "me receté" su programa completo dentro del estudio.
 Por ese tiempo, "El Tío Pepe" tenía un pleito casado y permanente con el Sr. José Tocavén, Director del diario "La Voz de Michoacán" y ambos "se tiraban duro" en sus respectivos medios. Como a la mitad del programa sonó el teléfono y "El Tío Pepe", un tanto nervioso, no atinaba al de "de veras" y tuvo que descolgar, uno a uno, los 4 que había, conectó la línea para que saliera "al aire" y se escuchó una ronca voz que le dijo (con todas sus letras): "Don Pepe, vaya usted a ch............. a su .......". Él, con una risa entre nerviosa y jocosa (pese a su nerviosismo) se concretó a decir: "¡Ah que señor! Se equivocó de número, creyó que estaba llamando a "La Voz de Michoacán". Lo que deja ver la agilidad mental y lo abusado de ingenio (como buen ingeniero). Unos 20 minutos antes de la hora que se me había señalado -durante un "corte comercial"- salió plática de Las Tarascas y me dijo que estaba preparando una campaña para recolectar llaves y objetos de latón y bronce, porque se pretendía hacer una copia de la Fuente en bronce para colocarla en el sitio que ocupaba "El Huarache", cuando le mencioné que YO LAS HABÍA DESMONTADO se emocionó y me dijo que si le permitía una entrevista, le dije que sí y, sin una plática previa para "ordenar las preguntas", interrumpió su programación y anunció la entrevista.
Su primera pregunta fue la causa de su desmonte y cambio. Le expliqué las razones, tanto personales como las del Gobernador y del Presidente Municipal.
La segunda fue que si se "la valiosa escultura se habían ido a España, a la finca del torero concuño del Gobernador". Le contesté que el torero citado no era de España, sino de Portugal, y que una obra material podía ser "valiosa" por uno (o más) de los siguientes motivos:
1. Por su historia (La fuente no la tenía, databa de las década de los 30's).
2. Por su belleza (Aunque es un concepto subjetivo, la inmensa mayoría no sentía placer estético en su contemplación)
3. Por el material de que está hecha (Por ejemplo, si fueran de mármol tendrían cierto valor, de plata mucho más, de oro.........)
No teniendo, pues, ningún valor ¿Quién iba a gastar en llevarlas a Europa?
Mi lógica respuesta le molestó y me acusó de que yo, originario del Estado de Guanajuato, "había sido mandado por el gobierno para sabotear y dañar la ciudad, una especie de quintacolumnista, por la envidia que aquel estado le tenía". Enojado, interrumpió la entrevista, no hubo promoción para la Asamblea del Colegio de Ingenieros y se convirtió en un entusiasta promotor del mito que "La fuente tarasca estaba en España o Portugal".

miércoles, 9 de noviembre de 2011

LA FUENTE TARASCA

En el año de 1965, sin poder precisar fecha, el Arq. Francisco Amaya de la Peña me explicó que era el encargado de proyectar y construir la pila y basamento para la Fuente Tarasca en terrenos de la Feria de Michoacán -por el rumbo de Tecnológico- y me pidió que le hiciera un presupuesto para trasladarlas y colocarlas en el sitio elegido, convenimos en el precio, las retiré del Almacén de Obras Públicas del Estado, entregando el "resguardo" correspondiente y las coloqué donde se me había indicado. En ese tiempo no se me ocurrió, ni tenía los medios, para llevar una secuencia fotográfica, además que no lo consideraba necesario porque nadie pensaba en la posibilidad de que se hiciera un mito sobre esa fuente, por lo que no queda más prueba que mi palabra y la del Arq. Amaya de la Peña.
Durante el lapso transcurrido entre el retiro de la fuente y su colocación en el nuevo sitio, el lugar dejado por Las Tarascas fue ocupado por una fuente que, por el espacio y forma que se le dio, pronto fue bautizada por la gente como "El Huarache" o "La Alpargata de Don Máximo" (español nacionalizado y suegro del gobernador Arriaga Rivera). Esta fuente fue diseñada en la Dirección de Obras Públicas del Estado y el contrato para su ejecución fue otorgado al Sr. Ángel Díaz Pérez, buen cantero -discípulo del Maestro Juan Téllez- y dirigente obrero que fundó la Federación Independiente de Trabajadores de Michoacán.
Al erigir la nueva Fuente Tarasca, ya con figuras en bronce, "El Huarache" fue trasladado a la Colonia Lomas de Hidalgo, en una plazoleta que la minimiza y que poca gente conoce de su procedencia.

martes, 8 de noviembre de 2011

FUENTE TARASCA (Desmonte)

En mi blog anterior comentaba que, desde el 3er. Año de Primaria, se quedó grabado en mi mente el hecho de la Fuente Tarasca estba fuera de espacio y de tiempo. Al pasar toda mi etapa de estudiante en la secudaria y en la preparatoria se reafirmó en mí ese concepto, por lo que, al hacerme cargo de la oficina de obras municipales, en 1960, le planteé al presidente la posibilidad de cambiarlas de sitio, ni siquiera alcancé a hacer el planteamiento completo, me dijo que definitivamente no era posible. Al cambio de administración volví a ahcerlo con el Lic. Fernando Ponce de León quien, al igual que el anterior, me dijo que ni había que pensar en ello, aunque él sí escuchó mis argumentos.
Por el año de 1964, durante una visita que realizó a la ciudad la Sra. Eva Sámano de López Mateos y después de recorrer el Hospital Infantil en construcción  que hoy lleva su nombre- a su paso por Villalongín dijo: "Que escultura tan poco estética, tan fuera de entorno y tan poco apegada a la tradición", en palabras distintas pero lo mismo que la maestra "Petrita", y es que recordemos que la Sra. de López Mateo,- además de maestra- era muy culta, sobre todo en cosas de historia y de tradición. Las señoras que acompañaban a la Primera Dama eran encabezadas, obviamente, por la esposa del gobernador Arriaga Rivera, por lo que ella y otras muchas escucharon el comentario. La señora Lupita seguramente le pasó el comentario a su marido y éste, a su vez, se la trasmitió al presidente Ochoa. Al día siguiente, un poco antes de salir de la oficina (las labores terminaban a las 3 pm. y se regresaba a las 5), el presidente me habló por teléfono, seguramente desde su domicilio, y textualmente me dijo: "Ingeniero: Si en este momento te autorizo a desmontar las Tarascas, ¿te alcanzaría esta tarde y noche para que mañana, antes del amanecer, ya no hubiera ni siquiera escombro?". Después de un rápido análisis le dije que sí era factible, a lo que me respondió: "Puedes empezar a hacerlo, yo me pierdo -me voy al cine- si alguien pregunta les dices que son órdenes de la presidencia, y punto".
Recabé el personal y equipo necesario, contraté a un maestro "soldador" para que cortara las varilla que, supuse, tendrían en los brazos, una grúa con el Ing. López Arellano (la grúa chica, porque la grande estaba fuera de la ciudad), cité a los camiones de la obra y de limpia y nos dimos a la tarea. El sobrestante de obra, nuevamente el Sr. Adolfo Arceo, no dio tregua y a las 5 AM. el sitio estaba totalmente despejado, recogimos todo y nos fuimos a nuestras casas.
Durante el desmonte ocurrió un incidente, con la grúa del Ing. López A. levantamos la batea y la colocamos sobre un camión que la depositó en el almacen de Obras Públicas del Estado -por entonces en donde actualmente están las oficinas de la Tesorería, en la Av. Ventura Puente- pero al tratar de cargar la primera "india" se dobló el brazo de la grúa - a eso de las 12 de la noche- por lo que tuve que "despertar" al buen amigo y entonces regidor del Ayuntamiento, Juan Sandoval ("Juanito") quien era propietario de una flotilla grúas. Al momento me mandó la más grande y logramos terminar la faena.
Las cuatro piezas, batea y 3 tarascas, las entregué persdonalmente en la bodega citada, cuyo jefe era el Teniente Ireta (no recuerdo su segundo apellido) y a quien previamente le había solicitado que nombrara alguna persona para que estuviera de turno toda la noche. Al explicarle el motivo me dijo que él estaría todo el tiempo necesario en el almacén, me firmó el "resguardo" correspondiente y las dejé con el embalaje de madera de cimbra que les armé en Villalongín. Ahí estuvieron poco más de un año.  

domingo, 6 de noviembre de 2011

Origen y destino de la Fuente Tarasca

ORIGEN
A mediados de la década de los 30's del siglo pasado, y frente al Jardín de Villalongín y a lo que era la residencia del Gobernador (Gral Lázaro Cárdenas del Río), se instaló esta fuente por un grupo de amigos del General -según me platicaron personas mayores que yo- con el fin primordial de halagar el ego del gobernante. El autor de la escultura -un apreciado artista veracruzano avecindado en Morelia-  muy seguramente se inspiró en un frutero doméstico, muy popular a principios del sXX, consistente en un plato de cristal sostenido por "las Tres Gracias" fundidas en bronce, las tres bellas mujeres apenas cubiertas por una tenue tela de gasa -también en bronce- paradas casi espalda contra espalda y sobre una base redonda que podía ser, también en bronce, o de mármol. La muy apreciable familia González - Galván poseía un bello ejemplar y yo retraté uno similar en España, en la residencia de verano de los reyes (La Granja) y que después publicaré. El citado autor sólo hincó a las tres gracias, las enfundó en un "refajo" purépecha, sustituyó el plato de cristal por una "batea de Uruapan" y la llenó de fruta (obviamente de fruta tropical, veracruzana), todo el conjunto sobre un pedestal circular, adornado con azulejos con reminicencias de "grecas"aztecas. ¡Sí¡ Ya sé que "grecas" viene de "griegas", pero en lenguaje coloquial, familiar, así llamamos a ese tipo de decoración.

Antecedentes Personales
En el año de 1942, estando yo cursando el 3er. Año de Primaria en la Escuela Belisario Dominguez, entonces junto y al lado izquierdo del Templo de San José, la maestra de grupo -Petra Navarro y a quien todos llamábamos "Petrita"- acustumbraba llevar el grupo bien a conocer la Escuela Normal o de paseo al Bosque Cuauhtémoc, en mi primer encuentro con esa fuente la maestra -que conocí muy bien la Historia de Michoacán- nos indicó tres graves errores de la escultura-fuente: 1. Que estaba totalmente fuera de entorno, ya que estaría mejor en cualquiera de sus accesos carreteros; 2. Que en a zona de Morelia NUNCA HABÍAN HABITADO LOS PURÉPECHAS y 3. Que nuestras "guares" nunca habáin vestido así.
Es útil recordar que los de mi generación estudiamos historia del estado en 3er. Año, la de México en el 4o., de América en el 5o. y la Historia Universal en el 6o y último año de la Primaria, secuencia totalmente lógica y, a todas luces, pedagógica, y que algún "egresado de Harvard" desechó y moodificó, y que los maestros (as) de entonces, varios quizá sin haber pasado por la Normal, eran más cumplidos que los de hoy y hacían de su profesión una verdadera vocación y apostolodo, la maestra "Petrita" NO FALTÓ ni un solo día a su clase durante ese año de 1942.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Antiguo Hospital Civil Dr. Silva

La foto publicada en mi blog anterior fue tomada de la azotea de la acera de "enfrente" (Calle de Allende) entre los años de 1903-05, recién terminada su construcción, pero ya con el jardín construido entre la Av. Madero Pte. y la calle de Allende, y se trata de una vista general. La que hoy publico, tomada por esos mismos años, corresponde exclusivamente a la fachada, se nota claramente su estilo altamente influenciado (afranceado, decimos coloquialmente) por la corriente entonces predominante, así como la finura de sus molduras, de donde conlcuimos que sí tenía mucho valor artístico y, por lo mismo, debió de haberse conservado. Es más, todo el edifcio, incluidos los "Pabellones" que se ven a la izquierda y el alto muro que se ve a la derecha, se debió respetar, hoy sería un museo para apreciar los increíbles avances que, en materia de salud, ha tenido nuestro país al compararlos con lo que era "lo más avanzado" al inicio del sXX. El hospital y delegación del IMSS se debió de construir en una terreno más grande, y más alejado, previendo su futuro crecimiento. Eso hubiera evitado que la Torre-hospital, que costó muchos millones de pesos, en menos de 40 años de servicio hubiera tenido que demolerse a causa de una falla geológica.
A propósito de "fallas geológicas", es tema para tratar otro "Mito" de Morelia: Qué son, Cuál es su origen, Cuándo se inició su descubrimiento, Cuántas son, Qué diferencia hay entre una "falla geológica" y un hundimiento por subsidencia, etc., tema que, desde su inicio, ha sido controversial en Morelia.

jueves, 3 de noviembre de 2011

FACHADA DEL ANTIGUO HOSPITAL DR. SILVA

Recibida la indicación de desmontar la fachada, y con el breve plazo que  había, busqué el sitio para recibirla. El tercer patio del Palacio Municipal -un espacio de unos 20x20 metros- un auuténtico corral que se utilizaba para resguardar el "ganado dañero" que era recogido de diferentes partes de la ciudad y tenía lo necesario para el caso: cobertizos de madera y teja, abrevaderos y pesebres; todo animal reportado ahí era llevado, se ponía un escrito de aviso en el tablero del corredor instando al propietario que pasara a recoger su animal (generalmente caballos y burros), previo pago de la multa y gastos de manutención del animal. Era frecuente que este monto sobrepasara el valor del animal, por lo que eran muchos los que hacían caso omiso y nunca se presentaban, creando un serio problema para el Ayuntamiento.
Al hacerme cargo de la oficina le planteé este problema al Presidente y se acordó suspender este tipo de operaciones, los dos "caballerangos" enlistados en nómina ($ 14.00 pesos diarios para el jinete y $ 6.00 por su animal) debían pasar a mi nómina como "cadeneros" (ayudante de ingeniero), pero sólo con el salario de $ 14.00 pesos, uno renunció y el otro, al aceptar (de nombre Wolfrano Ortiz y con residencia en la Tenencia de Santa María), llegó a ser "casi" mi ayudante personal, fiel, cumplido a carta cabal y celoso colaborador que aceptaba cualquier comisión. Wolfrano y cuatro peones se encargaron de despejar el corral, en tres días se sacó madera, varias toneladas de tierra y estiércol, se niveló el piso y ahí se acomodaron, cuidadosamente, las piedras de la fachada donde permanecieron varios años.
Al terminar su gestión, el Li. Alberto Cano Díaz fue sustituido por el Lic. Fernando Ochoa Ponce de León, quien me ratificó como jefe de lo que pasó a llamarse Oficina Urbanística Municipal, siendo una parte de su programa la limpieza de la ciudad, por lo que una sus primeras  acciones fue la adquisición de 4 camiones equipados con compactadores de basura y la primera barredora motorizada -una vedadera novedad- que, por su forma, la gente llamó "La Bigotona". En esa época, los camiones de la obra pública, del servicio de limpia y del de jardinería, se guardaban unos pocos en el segundo patio del Palacio Municipal, el resto se quedaban en la vía pública, pero como el equipo recién adquirido era más caro -y más delicado- había que hacer espacio para alojarlo en el tercer patio, por lo que las piedras que ahí había se reacomodaron, ya no por "capas", sino formando altas hiladas pegadas a los muros, maniobra que se hizo en forma rápida y un tanto descuidada. A lo anterio hay que agregar los frecuentes roces y golpes que los camiones daban a las pilas de piedra, incluso algunas se cayeron y se volvieron a levantar. En pocos meses las canteras ya eran irreconocibles por el maltrato.
Al fin del año de 1966 se hizo cargo de la presidencia municipal el Sr. Don Alfonso Martínez Serrano -uno de los mejores presidentes que ha tenido Morelia- que, al año siguiente (1967) me encargó el proyecto de una Jardín de Niños a construirse en el terreno ubicado entre la calles Batalla de la Angostura, Calle del Castillo y Artilleros de 47. Me indicó que deseaba un centro moderno, bien diseñado y mejor construido, con todo lo necesario para que fuera un prototipo, sin importar costos. Todos los muros -con exclusión de los divisorios interiores- debían ser de cantera "de Morelia", con "sillarejos labrados" y aparentes; casi al finalizar los trabajos -flataban unos tramos de muros exteriores y el estrado del patio de honor- me encontré con serias dificultades para conseguir cantera "dura y rosada", varios "bancos de cantera" (rigurosamente "canteras") se habían agotado y Don Alfonso no aceptó que se utilizara la del banco de Cointzio, por lo que tomé la decisión de utilizar las piedras sobrantes de la Fachada del Hospital como material de mampostería.
Resumen y fin de un Mito:
               Las canteras de la Fachada del Hospital Dr. Silva las pueden "admirar" quienes visiten el Jardín de Niños "Lupita Diez de Arriaga" ubicado en la Colonia Chapultepec Sur y, como dicen en las películas que nos mandan los "primos del norte": "Juro que  es ésta toda la verdad y nada más que la verdad".

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Al iniciar 1960, las obras del IMSS casi estaban terminadas, ya estaban realizando las obras exteriores y de ornato y, para terminar la explanada y acceso principal, les urgía que la fachada fuera demolida o desmontada, por lo que ya tenían uno o dos meses insistiendo ante el Gobernador Franco Rodríguez. Se dice que la constructora encargada de las obras, "Robert y Compañía", era propiedad del ex gobernador Gral. Dámaso Cárdenas, por lo que los pedidos para retirar la fachada se podían considerar "casi órdenes del General", pero el Gobernador, quizá adivinando el destino final de la fachada una vez desmontada, le pasó "el paquete" al Presidente Municipal.
Por el mes de marzo de ese año, el Lic. Cano me indicó que planeara cómo desmontar la fachada y buscarle un destino final, por lo que procedí a levantar un plano de la fachada, indicando en él las hiladas y canteras que correspondían a cada línea. En la numeración de cada piedra o cantera me auxilió el maestro cantero Sabino Prado -uno de los mejores de la época- puesto que yo nunca había realizado una operación semejante y, hablando con honestidad, no sabía como hacerlo. Al tiempo que se realizaba este trabajo -plano y numeración- el Presidente me pidió que le ayudara a buscar el destino al cual se mandaría la fachada, conforme se fuera desmontando y, conociendo mis relaciones con algunos sacerdotes y mandatarios católicos, nos entrevistamos con el Sr. Arzobispo de Morelia, a quien se le ofreció en forma gratuita y alguna pequeña cooperación para su instalación en alguna iglesia o convento. El mandatario, en forma muy comedida, nos explicó que no había ningún sitio y que el destino y forma de las propiedades no se compaginaban con esa fachada.
También nos entrevistamos con el Jefe de los Servicios Coordinados de Salubridad, ya que la medida de la fachada casi se ajustaba al recién construido Centro de Salud -lado norte de las oficinas de Salubridad- que entonces tenía un pequeño jardín en todo su frente, limitado en la banqueta por una repulsiva reja de herrería, pintada en color rojo "pendejo", según calificación que le dio el pueblo, pero el Jefe de los Servicios dijo que no disponía de recursos, ya que apenas dos años antes el Estado había hecho un gran gasto en la restauración, ni podía pedir ayuda a la Federación por estar recién terminado el Centro referido.
En igual forma se ofreció a particulares, sobre todo a los que sabíamos tenían ranchos o cascos de ex haciendas. Nadie aceptó el ofrecimiento y como la presión de la constructora iba en aumento, el Lic. Cano me dijo: "Usted busque un lugar donde depositar las piedras y proceda a su desmonte, en dos semanas debe quedar despejado el lugar. No quiero disgustos ni con "David" (familiarmente así le llamaba al Gobernador, como lo hacían todos sus amigos y allegados).

"FACHADA DEL ANTIGUO HOSPITAL M. SILVA"

Este hospital, ubicado en la Avenida Madero Poniente, fue construido a partir de los últimos 2 años del sXIX en lo que entonces era el límite urbano, hacia el poriente, de la ciudad, ocupando toda la manzana en la que hoy se encuentra la Delegación, Área Hospitalaria e Instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Su fachada principal se localizaba en lo que hoy la explanda de ese Instituto y daba acceso a las oficinas, pabellones de enfermos y áreas conexas, ocupando un frente de unos 40 metros, el resto de la propiedad estaba rodeado de un alto muro de cantera. En su esquina oriente se encontraba un regular patio, circundado por el pabellón o área para enfermos mentales, siendo común que, al transitar por la calle, se escucharan los gritos y lamentos de los enfermos, con lo que ya se podrán imaginar lo que se sentía circular por la noche, así como el tromento para los vecinos que, en ese tiempo sólo los tenía por el viento oriente, ya que al sur se encontraba un polvoriento predio que, a raíz de la inauguración del hospital, se convirtió en jardín (hoy Jardín de los Niños Héroes).
No tengo el dato del autor y/o constructor del hospital, pero fue diseñado conforme a los últimos adelantos de la ciencia médica, siguiendo los modelos de los últimos construidos en Francia: Quirófanos aislados, Pabellones separados para hombres y mujeres, para enfermedades contagiosas, etc., que en ese tiempo resultaban una novedad.
El hospital se inauguró en el año de 1901, permaneciendo en uso hastaprincipio de los años 50's en que se construyó el nuevo hospital en terrenos de la Ex hacienda de Piedrita, poniente del Bosque Cuauhtémoc,  hasta la calle de Isidro Huarte.
Por el año de 1954, siendo gobernador del estado el Gral. Dámaso Cárdenas del Río, el terreno del hospital fue cedido a la federación, unos dicen que vendido, otros que donado, otros que otrogado en comodato, etc., el caso es que sobre este terreno se proyectó y empezó a construir la instalaciones para el IMSS en 1959, demoliendo -obviamente- las antigua construcciones, dejando exclusivamente su fachada, misma que permaneció varios meses.

martes, 1 de noviembre de 2011

Morelia y sus mitos

En mi blog anterior cometí un grave error en cuanto a la fecha de la integración de la Junta de Vigilancia, el Decreto que aprobó la Ley (o Reglamento) para la Conservación se publicó el 18 de agosto de 1956, lo que, significa que el grupo de morelianos que trabajaron por ella, tardaron más de 10 años en conseguirla.En este Reglamento se contempla una lista de edificios que, por su relevancia histórica o artística, se consideran monumentos, fue elaborada casi en su totalidad por Manuel González Galván, entonces estudiante de arquitectura.
Hecha la corrección, continuaré con el tema de Las Últimas Palmeras de la Avenida Madero.
Como les decía, en el mes de febrero me hice cargo de la Oficina de Ingeniería Municipal, y a mediados de ese mes el presidente me encargó que talara las 6 u 8 palmeras que restaban -frente a Palacio de Gobierno y frente al Café "El Paraíso", tala que había iniciado el Dr. Esteban Figueroa en al último año que fungió como Presidente Municipal, tala que suspendió por la oposición de un grupo de vecinos encabezados, como ya se dijo, por el Sr. Caballero, propietario del café mencionado.
A temprana hora hicimos acto de presencia el Sr. Adolfo Arceo (+), entonces sobrestante de obras del Ayuntamiento, y 4 ó 5 "hacheros" adscritos al Departamento de Jardines. Al estar dando las indicaciones de cómo y con qué cuidados se debía hacer el derribo de las palmeras, salió de su negocio el Sr. Caballero, "cámara fotográfica en riestre" y se dirigió al grupo. Cuando adiviné sus intenciones, discretamente me aleje hacía la verja de Catedral y él empezó a tomar fotos. Arceo y los trabajadores hasta "posaron" para algunas. Al terminar el Sr. Arceo, con todo comedimiento le preguntó: "Señor, ¿para qué quiere esas fotos" a lo que el interpelado respondió: "Para tener constancia gráfica de los hijos de ............. que tumbaron las palmas". Ya se podrán imaginar la pena con la que el Sr. Arceo se vino hacia el lugar donde yo estaba y, sin decir una palabra, nos encaminamos a Palacio Municipal.