viernes, 11 de noviembre de 2011

EL MITO DE LA FUENTE TARASCA

Además de lo mencionado en mi blog anterior sobre la autenticidad de la Fuente en las antiguas instalaciones de la Feria Estatal, debo agregar que, cuando me disponía a desmontarla de Villalongín y puesto que se tenía la intención de colocarlas en algún sitio de esta ciudad, tuve la precación de tomar las medidas y orientación de los elementos, así como de marcar el sitio que correspondía a cada mujer, por lo que al colocarlas en el sitio ya mencionado de la Feria, sobre el pedestal construido por el Arquitecto Fracisco Amaya, tracé el sitio de cada elemento y su orientación, de manera que estuvieran exactamante como estaban en Villalongín.
Cuando el Gobierno del Estado decidió cambiar la Fuente a terrenos de la nueva Feria Estatal, quizá por coincidencia o por haber sido el "autor material del crimen anterior", la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas me encomendó este trabajo, para lo cual me auxilié del maestro albañil Jesús Merino -muy conocido en Torreón Nuevo como "El Maestro Chucho" y quien todavía trabaja a mi servicio- para hacer los apuntalamientos, cortes de concreto y hierro a la altura de la muñecas de las monas y lo necesario del caso.
Antes de iniciar cualquier movimiento para su desmonte, y para evitar que se tejieran nuevos mitos sobre el cambio de sitio, lo primero que hice fue tomar fotografías, procurando que una de ellas coincidiera con una tarjeta postal que yo guardaba, y si comparamos ambas fotos, nos daremos cuenta que lo conseguí casi a la perfección, todo coincide: píes desnudos, perfiles de la tarascas, posición de los brazos levantados, de manera tal que, de ser una copia del "original" fue hecha por un artista en forma perfecta y, por tanto, conserva el valor que pudo tener el original.
Después de las primeras fotografías, con navaja y espátula hice varias calas en los brazos y otras partes de las esculturas, contando hasta 16 capas de diferentes pinturas y tonalidades, lo que indica -como algunos recordamos- que a veces las pintaban casi negras, meintras que en otras eran rubias, quizá siguiendo las indicaciones del Presidente Municipal en turno, ya que éste era el encargado de darles mantenimiento, siendo el Maestro Murillo -que vivía en la calle Oro de la colonia Industrial- el que ejecutaba el trabajo de pintura. Por cierto que, a la muerte del Maestro, fue una de sus hijas quien se hizo cargo del trabajo durante 2 ó 3 años, según recuerdo.
Se desmontaron, subieron a un camión de platafoma en perfecto estado, terminando es ese momento el compromiso que yo adquirí con la SCOP, pero decidí acompañar al camión (por delante iba un carro "madrina" con luces intermitentes, por ir a muy baja velocidad, según le indiqué al conductor), al entrar al libramiento, y debido al pequeño borde del nivel de éste con la calle lateral del Tec, la batea tuvo un pequeño hundimiento, por lo que indiqué al chofer que se detuviera. En efecto, la batea se aplastó un poco, tome fotos y continuamos el viaje. Al llegar a la nueva Feria la batea estaba completamente aplastada, casi desmoronada, tomé nuevas fotos y torné a mis labores profesionales.
De toda esta secuencia tomé una 30 ó 35 fotos, algunas de las cuales -si mis lectores no se aburren- publicaré pronto.
Si algún lector se interesa en estas fotos, con gusto se las pasó a su memoria "flash", junto con algunas que le gusten (de las casi 3 mil que sobre Morelia tengo), ya sea en mi despacho profesional (Antonio Alzate No. 89-102, en el Centro Histórico, Morelia, Mich. Mex. o en mi correo).
mrodriguezmanolete@hotmail.com

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